Relaciones no monogámicas

Colectivo de ex-trabajadores Crimethinc.

Extraído del libro “Recetas para el desastre”

Así que quieres tener una relación no monogámica…

..¡o dos!

Bueno, no esperes que este texto sea de mucha ayuda. Cada relación es diferente, y no hay un sistema, ni un procedimiento perfecto, que garantice que cualquier relación “funcione”. Además, podríamos decir que ser no-monogámico se trata de dejar de lado los protocolos, de no intentar hacer “funcionar” las relaciones de acuerdo a un modelo: se trata de aceptarlas como son y cómo van cambiando. Así y todo, no se puede negar que ciertos enfoques y comportamientos tienden a resultar en una dinámica saludable, y otros no. Y como la mayoría de nosotras no se ha criado con buenos ejemplos de relaciones no monogámicas de los cuales aprender, cuanto más discutamos y comparemos nuestras experiencias, estaremos mejor equipadas para explorar juntas este territorio desconocido. Quitarnos de encima la programación convencional de las uniones de pareja no es más que un primer paso hacia el poder ser buenos para los demás y ayudarlos a que sean buenos con nosotros.

Ingredientes

Al menos tres personas.

Instrucciones

  • Ser honesto en un mundo deshonesto

Lo primero que hay que recalcar es que ser no-monogámico no es una manera de dejar de lado la honestidad en una relación. Al contrario, es una manera de promover la honestidad. La monogamia, no en sus casos individuales sino entendida como el comportamiento que se espera de uno en una cultura restrictiva, desalienta a la honestidad al castigar cualquier deseo o realidad que cae fuera del modelo tradicional de romance. La no-monogamia intenta crear un espacio en el que la honestidad no sólo es posible, sino que también es necesaria para que ese espacio pueda existir.

No estamos poniendo una nueva regla a seguir, que todos los amantes deban contarse todo detalle a detalle, pero sí que hablen de aquello de lo que acuerden hablar, y que tengas en cuenta tus propias necesidades, incluyendo lo que necesites para estar segura de que podrás ser honesta. Al involucrarte en una relación sin intentar imponer un patrón en ella, la idea es que puedas ser tú mismo sin mentiras, sin culpa y sin falsas apariencias. Muchos de nosotros, que crecimos no sin dificultades en el modelo monogámico, aún mantenemos los malos hábitos que aprendimos de él: deshonestidad, vergüenza, evasión, miedo. Aún si estamos en una relación que permite un espacio para nuestros “deseos peligrosos”, tendemos a sabotear ese espacio no confiando en él y perdiendo así la confianza que lo sustenta.

Empújate a ti misma a ser honesta siempre. Siendo honesta podrás conseguir lo que sea que desees en este mundo, o al menos, todo lo que el mundo realmente puede ofrecerte. Si no puedes ser honesto, intenta trabajar en ello antes de involucrarte profundamente con los demás. No deberías comprometerte con alguien a quien no puedas confiarle verdades importantes, especialmente las verdades que dan miedo.

  • Establecer las expectativas

Al principio de una relación, o de alguna interacción que lleve la relación a un nuevo nivel (como por ejemplo tener sexo por primera vez), revisa cuáles son tus necesidades individuales, tus expectativas y tus niveles de confort, y asegúrate de que ambos han llegado a un entendimiento común antes de proseguir. ¡Esto les ahorrará muchos dolores de cabeza más adelante! Si tus necesidades cambian, o resulta que en alguna situación te sientes diferente de lo que esperabas, no es para sentirse culpable, pero harías bien en hacérselo saber a tu amante. De hecho, probablemente harías bien si ocasionalmente hablas de ello con tus amantes, sólo para asegurarte de que sus sentimientos no han cambiado sin que ellos se den cuenta o sin que lo hayan expresado.

También es común que los amantes en una relación no monogámica tengan dudas acerca de si extrañan la monogamia, o al menos algunas de las seguridades que dice ofrecer, así como que sientan vergüenza por desear a otras personas. Es importante que evitemos crear una cultura competitiva de la no-monogamia en la que se deba sentir vergüenza cuando se desea algo “burgués” o “tradicional”. Todos los deseos y necesidades deben ser respetados. Si no, esto no sería una revolución sino sólo la imposición de una nueva norma. Si para ti es importante ser no-monogámico, puedes haber desarrollado una actitud insistente o incluso hostil acerca de ello, frente a una sociedad en la que no eres bienvenido. Asegúrate de que ello no se traslade a tus relaciones, esperando que la gente que te rodea viva de acuerdo a un estándar. Acepta lo que los demás te digan que necesitan. Dales apoyo. Al ser sinceros contigo te están haciendo un favor. Quizás las diferencias en sus deseos signifiquen que no puedan involucrarse en ciertas maneras por el momento. Pero aún eso es mejor que hacerse mal la uno a la otra, cada una luchando para lograr que la otra cambie, o resignando las propias necesidades.

Las condiciones en que comience tu relación probablemente marcarán la pauta de la misma durante un largo tiempo. Los amantes que comienzan con pautas acordadas de no-monogamia y logran establecer confianza el uno con el otro, probablemente tendrán pocos problemas para mantener una relación no monogámica saludable por el tiempo que deseen. En cambio, los amantes que comienzan una relación monogámica y deciden cambiar las pautas a una relación no monogámica, pueden encontrar dificultades, pues sus expectativas y sus sentimientos de seguridad pueden estar atados a la cuestión de la “fidelidad” del otro.

Y si realmente quieres arruinar una relación, comienza en términos de monogamia (o simplemente no hables del asunto y deja que la otra persona asuma que es así), luego duerme con alguien más, y luego dile a tu pareja que quieres ser no-monogámico. Para lograr un máximo de destrucción, no le digas a tu pareja que dormiste o estás durmiendo con alguien. Deja que lo descubra como una sorpresa. Obviamente éste no es el camino a seguir para tener una aventura amorosa saludable.

Tip: Puedes agregarle diversión a una primera cita si planeas meterte en problemas con las autoridades hacia el final de la noche haciendo algo muy escandaloso. Por supuesto, no le cuentes tus planes a tu cita.

  • Manejar los celos

Nunca le des a una amante razones para que se sienta amenazada por otra persona que tenga un lugar en tu vida o en tu corazón. Esta sociedad nos hace sentir que estamos constantemente compitiendo unas con otras, y nos sentimos amenazadas por los demás. Una no-monogamia saludable debe contradecir esta creencia con los hechos, no reforzarla. Ten cuidado, con palabras y con acciones, de que cada una de tus relaciones (¡amantes o no!) dependa sólo de esa relación y no de cómo se compara con otras relaciones. Esperamos que no andes por la vida buscando la esposa o marido perfectos, o el amante más codiciado, tomando y descartando gente a medida que persigues el bien más valioso en el mercado de parejas, sino que en cambio cultives relaciones duraderas y adaptables con individuos que amas y tratas con respeto, en las que disfrutan la mutua compañía y quizás hasta se acompañan en sus proyectos de vida(*). En este escenario las amantes no tienen más razones para sentir miedo o celos que las que tienen las amigas. De hecho, una buena razón para ser no-monogámica es cultivar en tus relaciones amorosas las cualidades que hacen que tus amistades funcionen. O, mejor aún, borra la línea entre ambas cosas.

(*)Esto no pretende darle un sermón a quienes prefieren encuentros promiscuos y anónimos en baños o plazas, ¡haz lo que quieras, siempre que se respeten el uno al otro!”

Así y todo, al haberse criado en esta sociedad, habrá situaciones en las que uno de ustedes o ambos sentirán celos. Hay muchas cosas que puedes hacer cuando los sientas tú. Primero, intenta identificar y separar tus diferentes sentimientos, así sabrás por qué estás actuando o reaccionando. La causa más común de celos es la inseguridad: para estar en una relación exitosa, monogámica o no, necesitas estar bien parado, necesitas sentirte bien contigo mismo y tener conciencia de tu propio valor y atractivo. En este sentido, vivir una vida que te ayude a respetarte a ti mismo es prácticamente un prerrequisito para poder tener cualquier tipo de intimidad con otros. Al mismo tiempo, siempre que lo necesites, deberías poder pedirle a tu pareja que te conforte y te de seguridad. No sientas miedo de hacerlo: si tu amante te quiere, querrá hacértelo saber, y es mucho mejor hablar cuando lo necesitas que contenerte para no “presionarlo” y luego explotar o implotar. Volviendo al tema de la seguridad en ti mismo, si te amas a ti mismo será mucho más fácil confiar en que los demás te aman.

La inseguridad puede presentarse como una proyección: puede ser fácil imaginar que el otro amante, o persona que le gusta u otra persona que potencialmente le gusta a tu amante, es absolutamente perfecta. Intenta ver las cosas en perspectiva. Puede que tú pases más tiempo pensando en la otra persona de lo que lo hace tu amante. Y de todos modos, nadie es perfecto, ni siquiera la otra persona. Y estando en una relación no monogámica tienes menos que temer que en una relación monogámica: tu amante puede experimentar con otras personas y disfrutar de estar con ellos sin sentir la obligación de dejarte a ti. Estando fuera del paradigma de la pareja, nadie puede robarte un amante. Sólo el cuán bueno eres tú para esa persona determina cuánto tiempo esa persona se quedará contigo. Si tienes un amor duradero o fuerte, ninguna aventura romántica o flirteo pueden ponerlo en peligro.

La inseguridad no es lo único que puedes llegar a sentir. También podrías querer juzgar a tu amante si se siente atraída por alguien que a ti te parece que no lo vale, o, por razones similares, sentirte protectora. En cualquier caso, debes confiar en que tu amante sabe lo que es bueno para ella. No hay nada que hacer al respecto. Probablemente tu pareja sabe mucho mejor que tú qué es lo que necesita, y la decisión es suya.

Los celos también pueden surgir de sentimientos de competencia con otros amantes, especialmente de tu mismo sexo. La sociedad promueve esos sentimientos que frecuentemente nos aíslan de potenciales amistades. Esperamos que entiendas que quienquiera que tu amante elija merece respeto. Recuerda que aquello que es bueno para tu amante es también, al menos en algún sentido, bueno para ti. Poder ver a los demás amantes de tu amante como amigos o al menos como aliados puede ser revolucionario en una sociedad que nos incita a pelearnos por amor.

También podría ser que los celos sean causados por inestabilidad o contradicciones dentro de la relación en sí, las cuales deben ser resueltas. Los celos no siempre son tan sólo un sentimiento irracional y destructivo. Frecuentemente pueden ser un barómetro que mide lo que está pasando dentro de las personas y entre ellas.

Cuando te sientas celoso e inseguro, puede ser de ayuda recordar que el grado de libertad que tiene tu amante también lo tienes tú. Si a ti no te gusta ser reprimido, alégrate de que tú y tu amante no se reprimen el uno al otro. Si has tenido otras relaciones o te has sentido atraído por otras personas además de tu amante, recuerda esas experiencias para ver en perspectiva lo que tu amante está sintiendo. Si esas aventuras no hicieron que tu amante sea menos importante para ti, las de él tampoco se pondrán en medio de los dos.

Cuando tu amante tenga celos, intenta no sentirte acusada o atacada. Intenta no caer en el viejo juego de acusaciones, negación, ataques, defensa, sospechas, recriminaciones y auto recriminación. Toma un respiro y asegúrate de que tienes claro lo importante que tu amante es para ti. Pon énfasis en que ninguna otra atracción o relación puede amenazar a la que ustedes comparten (y si no es el caso, ¡nunca digas eso si no es verdad!). Si es necesario renegociar las pautas de la relación o lo que esperan el uno de la otra, no aplaces ni esquives esa cuestión.

Aquí hay otro ejemplo de lo peor que podría ocurrir: estás involucrado con dos personas y esas personas se desagradan mutuamente. Esto puede ser incómodo para todas. Aún así hay algunas cosas que puedes hacer para ayudar a suavizar las cosas. No tomes partido. Rehúsate a hacer la parte de juez cuando uno trata de convencerte de lo mal que hace la otra. Por supuesto, ten tus propias opiniones sobre cómo se están comportando, pero pon énfasis en que no quieres que te convenzan de elegir un lado. Recuérdales que ambas son importantes para ti, asegúrales que no elegirás a una sobre el otro y que si alguna de las relaciones termina será por factores propios de ella y no externos. Aliéntalas a que resuelvan sus diferencias como adultos, si es posible. No seas la que pasa mensajes entre ellos. Y definitivamente, no tomes tus decisiones sólo por apaciguar a alguno de ellos, a la larga harán que tengas resentimientos y te decepciones de ti mismo.

  • Resistir las jerarquías

Seguramente habrás oído del modelo de “pareja primaria”, uno de los esquemas de no-monogamia de los que más se habla. Algunos sienten que un esquema así sugiere una jerarquía o un protocolo. Sostienen que cada persona debería ser ”’su propia”’ pareja primaria, y esforzarse en sentir compromiso por todas las personas con que comparte su vida, sea cual sea el rol que cumplen. De hecho corremos muchos riesgos si no dejamos que esos roles sean lo suficientemente fluidos como para adaptarse a todos los cambios que constantemente atraviesan las relaciones, las necesidades y las expectativas. Es importante que las personas en una relación sepan qué esperar el uno del otro, pero los títulos formales no son necesarios para ello.

Hablando de jerarquías de parejas, además de la deshonestidad y culpa, otro comportamiento que podemos arrastrar de la monogamia es la tendencia a tratar a las amantes que no son tu “pareja primaria” con menos sensibilidad o respeto. Esto es algo que la gente, especialmente los hombres, hacen frecuentemente cuando están engañando a su pareja en una relación monogámica. Movidos por la culpa, tratan mal a su compañera adúltera, como intentando demostrar que, a pesar de que están engañando a su pareja, aún así la valoran más que a las demás. Se supone que la no-monogamia se trata de tratar con respeto a todas en todas las relaciones. Todos los animales y plantas en el ecosistema son igual de importantes, sin importar si cumplen un rol grande o pequeño.

  • Hacer que las cosas funcionen

Nadie debería presionar a los demás a estar en un modelo de relación en el que no se sienten cómodos. Eso sólo hará infelices a ambas partes. Al mismo tiempo, tomar tus propias decisiones acerca de lo que es bueno para ti no significa obligar a los demás. Tú tomas tus propias decisiones, deja a los demás tomar las suyas. Podrán estar juntos partiendo desde aquello que tengan en común. Idealmente, en toda pareja ambos deberían tener la misma idea de qué es lo que quieren en la relación, pero en la realidad, la gente debe hacer compromisos. Simplemente asegúrate de que sean compromisos que beneficien a ambos. Así y todo, no hay un modelo perfecto. Cada pareja, trío o comunidad debe resolver por sí misma cómo llevarse bien y ser felices juntos. Lo que funciona para uno puede no funcionar para otro, o incluso ni siquiera parecerle saludable o sensato, pero así son las cosas.

Tengo una pregunta. Si tengo más de un amante al mismo tiempo, ¿no acabaré llamándolos con el nombre equivocado en la cama y metiéndome en problemas con todos?

De hecho, en mi experiencia es al contrario: cuando te acostumbras a estar involucrada sexualmente con más de una persona, los nombres de tus amantes no son simples sonidos que haces por costumbre cuando estás excitada. Vuelven a ser palabras que se refieren a la persona en cuestión. Siendo no-monogámica, podrás descubrir que cuando estás en la cama con alguien estás presente con esa persona como individuo, y no como un rol en tu vida, como estarías con una novia o novio. Si resulta que ese no es tu caso, no hay nada que te obligue a ir a la cama con más de una persona al mismo tiempo para ser no-monogámica, o ni siquiera con ninguna persona. Ser no-monogámica y célibe también es una opción válida con muchas razones para recomendarla.

Un comentario sobre “Relaciones no monogámicas”

  1. considero que la monogamia es un producto de la sociedad dividida en clases, por consiguiente se creó principalemtne con un fin económico, mantener la herencia. No considero que un no-monógamo deba controlar los celos, sino combatirlos; mientras existan celos, existirá le propiedad de una persona sobre otra.

    acualquier intento de reformar la monogamia, está destinada al fracaso; mientras existan celos existirá monogamia o poligamia.

    saludos

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *